EPOC Y PÉRDIDA DE PESO INVOLUNTARIA: CAUSAS, IMPACTOS Y CÓMO GESTIONARLA
¿Por qué la EPOC provoca pérdida de peso?
La pérdida de peso involuntaria es un síntoma que afecta a aproximadamente un tercio de los pacientes con EPOC. Sin embargo, la causa de este efecto secundario aún no está clara y puede variar según el caso individual. A nivel general, la pérdida de peso asociada a la EPOC es el resultado de una serie de factores interconectados, en primer lugar el proceso inflamatorio crónico en los pulmones que causa un gasto energético significativo para el cuerpo.
La dificultad para respirar y la reducción del flujo de aire dentro del cuerpo, además de dificultar cualquier actividad diaria, requieren al cuerpo más energía para llevar a cabo cualquier actividad.
Como resultado, el metabolismo acelera y conduce a un consumo calórico superior a la ingesta, contribuyendo a la pérdida de peso. Otro factor que contribuye a esta pérdida de peso involuntaria es la pérdida del apetito. Los pacientes con EPOC, de hecho, pueden experimentar una disminución o pérdida del apetito debido tanto a factores físicos (se experimenta mucha fatiga durante las comidas) como a factores psicológicos como la ansiedad y la depresión.
Impactos en la salud
La pérdida de peso involuntaria causada por la EPOC provoca un fuerte impacto en la salud general de quienes la padecen. Junto con la pérdida de peso también se puede registrar una disminución de la masa muscular que debilita aún más los músculos respiratorios, empeorando la capacidad pulmonar y la calidad de la respiración.
El adelgazamiento repentino, además, puede comprometer el sistema inmunitario ya puesto a prueba por la enfermedad, haciendo que el paciente sea más susceptible a las infecciones y ralentizando la recuperación.
¿Cómo gestionar la pérdida de peso involuntaria?
El adelgazamiento involuntario requiere una atención especial y no puede subestimarse en absoluto. Paralelamente al tratamiento médico de la enfermedad, es esencial adoptar estrategias nutricionales específicas. Una buena práctica es asociarse con un médico nutricionista experimentado que cree planes de alimentación personalizados que satisfagan las nuevas y crecientes necesidades energéticas de su cuerpo.
También se recomienda el uso de suplementos dietéticos para ayudar y preservar la masa muscular.
Es importante controlar constantemente el peso y hacer cualquier ajuste en el plan de alimentación según las necesidades. Comprender las causas subyacentes de la pérdida de peso y adoptar enfoques multidisciplinarios, involucrando a médicos, nutricionistas y especialistas respiratorios, no sólo atenúa los efectos debilitantes de la enfermedad y la pérdida de peso, sino que puede mejorar significativamente la calidad de vida.