Los gatos no muestran fácilmente el dolor o el malestar. Por eso es importante saber reconocer los cambios en la respiración y en el comportamiento.
Aquí tienes las principales señales de un posible problema respiratorio:
Respiración rápida o superficial, más de 30 respiraciones por minuto en reposo (fuente: PawPrint Oxygen)
Respiración con la boca abierta (nunca es normal en gatos)
Nariz que se dilata durante la inspiración
Encías azuladas o pálidas
Abdomen o tórax que se mueven excesivamente con cada respiración
Postura inusual: cuello extendido hacia adelante, esternón apoyado en el suelo
Letargo o debilidad repentina
Consejo útil: para contar las respiraciones de tu gato, observa el tórax mientras duerme. Si supera las 30 respiraciones por minuto, contacta con el veterinario.